El mandatario ecuatoriano pretende en su segundo período sacar adelante una serie de reformas mineras, agrarias, penales, de seguridad social y una ley de comunicación rechazada por los grandes medios
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, asumió el viernes para un segundo período de cuatro años en el que se ha planteado profundizar el proyecto socialista que aplica desde que llegó al poder en 2007, y que asegura será el último de su carrera política.
Correa, un economista de 50 años y figura de la izquierda latinoamericana, juramentó en un acto celebrado en la Asamblea Nacional (legislativo), al que asisten los gobernantes de Chile, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Haití, Honduras, República Dominicana y Venezuela, así como el de Georgia.
"Queda legalmente posesionado como presidente de la república del Ecuador", dijo la titular del Congreso, la oficialista Gabriela Rivadeneira, al investir a Correa, reelegido en primera vuelta en los comicios del 17 de febrero pasado con tres de cada cinco votos.
El presidente ganó los comicios de 2006 y, tras asumir en enero de 2007, impulsó la actual Carta Magna que anticipó elecciones, triunfando otra vez en 2009 también sin necesidad de balotaje.
Eso le permitirá sacar adelante una serie de reformas mineras, agrarias, penales, de seguridad social y una ley de comunicación rechazada por los grandes medios, con los que sostiene un duro enfrentamiento acusándolos de intentar desestabilizarlo.
Correa inició su nuevo mandato con un récord de aceptación de entre 80% y 86% establecido por recientes encuestas de las firmas privadas Opinión Pública Ecuador y Perfiles de Opinión.
El miércoles, el jefe de Estado rechazó la posibilidad de hacerse reelegir nuevamente, incluso en el escenario de que su partido Alianza País no tenga un candidato fuerte.
Correa saludó uno a uno a sus homólogos y otros dignatarios invitados -como los vicepresidentes de Cuba y Argentina- así como al príncipe heredero de la Corona española, Felipe de Borbón, quien ingresó al lado de un indígena semidesnudo y con una lanza.
Correa, un economista de 50 años y figura de la izquierda latinoamericana, juramentó en un acto celebrado en la Asamblea Nacional (legislativo), al que asisten los gobernantes de Chile, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Haití, Honduras, República Dominicana y Venezuela, así como el de Georgia.
"Queda legalmente posesionado como presidente de la república del Ecuador", dijo la titular del Congreso, la oficialista Gabriela Rivadeneira, al investir a Correa, reelegido en primera vuelta en los comicios del 17 de febrero pasado con tres de cada cinco votos.
El presidente ganó los comicios de 2006 y, tras asumir en enero de 2007, impulsó la actual Carta Magna que anticipó elecciones, triunfando otra vez en 2009 también sin necesidad de balotaje.
Eso le permitirá sacar adelante una serie de reformas mineras, agrarias, penales, de seguridad social y una ley de comunicación rechazada por los grandes medios, con los que sostiene un duro enfrentamiento acusándolos de intentar desestabilizarlo.
Correa inició su nuevo mandato con un récord de aceptación de entre 80% y 86% establecido por recientes encuestas de las firmas privadas Opinión Pública Ecuador y Perfiles de Opinión.
El miércoles, el jefe de Estado rechazó la posibilidad de hacerse reelegir nuevamente, incluso en el escenario de que su partido Alianza País no tenga un candidato fuerte.
Correa saludó uno a uno a sus homólogos y otros dignatarios invitados -como los vicepresidentes de Cuba y Argentina- así como al príncipe heredero de la Corona española, Felipe de Borbón, quien ingresó al lado de un indígena semidesnudo y con una lanza.
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