Tras el brutal asesinato del viceministro de Interior a manos de los mineros cooperativistas el jueves, el mandatario enfrenta una de sus crisis más severas y denuncia una "conspiración". Quienes fueron sus aliados, torturaron y mataron a golpes a uno de sus "soldados".
Por Constanza Cruz D.
27 de agosto del 2016 / 01:27 Hrs
Había dos cajones listos para ser utilizados. Si la represión policial en contra de los mineros cooperativistas continuaba, matarían al viceministro de Interior boliviano, Rodolfo Illanes. Esa fue la amenaza que hizo el presidente de la Cooperativa 20 de Octubre de Siglo XX de Potosí, Josué Caricari, la noche del jueves. “Si hay algún movimiento de las fuerzas policiales, estamos dispuestos a ofrendar vidas. Está el viceministro con nosotros; pasa algo, al primero que vamos hacer… tenemos dos cajones”, advirtió el dirigente en una de las llamadas que tuvo con la red boliviana Erbol.
El dirigente exigió la renuncia del ministro del Interior, Carlos Romero, “si no, vamos a colgar a su viceministro”. Illanes, quien había viajado a Panduro, en el límite del departamento de Oruro y La Paz, para convencer a los cooperativistas a dialogar con el gobierno, fue secuestrado a las 10 de la mañana del jueves y su cuerpo fue encontrado envuelto en una frazada en la carretera. Cercano a Evo Morales, era conocido como su “soldado”. Había estado a su lado desde 2006, cuando el mandatario llegó al poder. Illanes fue torturado y murió por un derrame cerebral. También murieron tres cooperativistas. Ayer detuvieron a 15 mineros como presuntos responsables del asesinato.
Evo Morales, quien ahora afronta quizás la peor crisis social en sus más de 10 años en el poder, afirmó que esto era una “conspiración política, no una reivindicación social” y estableció tres días de duelo. Calificó el asesinato de “actitud cobarde” y aseguró que el “diálogo siempre estuvo abierto”. Además, declaró a Illanes como héroe defensor de los recursos naturales.
Una acto así en contra de un funcionario de gobierno no se veía desde 1946, cuando el Presidente Gualberto Villarroel fue colgado en la Plaza Murillo.
Los mineros cooperativistas -que suman más de 100 mil en todo el país y que producen principalmente zinc, estaño y plata- se han unido en asociaciones que ellos mismos administran. Desde 1980 que las cooperativas fueron organizadas para contrarrestar el desempleo tras el cierre de minas estatales, pero se convirtieron en empresas estables, a pesar de que utilizan tecnología precaria, destaca la agencia The Associated Press. Estos mineros han sido históricos aliados de Evo Morales e incluso lo apoyaron en el referendo de febrero. Fueron, además, uno de los protagonistas de la llamada Guerra del Gas en noviembre de 2003. La minería representa la segunda riqueza de Bolivia después del gas natural.
Sin embargo, las tensiones entre estos mineros y el gobierno comenzaron a fines de 2015 tras la caída de los precios de las materias primas. A lo largo del tiempo, las cooperativas han sido grandes beneficiados y han sido catalogados de “consentidos” del gobierno: no pagan ciertos impuestos, durante años se les dio maquinaria, herramientas, recursos económicos y no tienen obligaciones sindicales. Además, participan en la Asamblea Legislativa. “La luna de miel se fue apagando a medida que las demandas fueron en aumento”, destacó el diario paceño Página Siete.
La crisis se agravó el martes, luego de que los mineros bloquearon carreteras en Bolivia, en respuesta a una ley que promulgó el mandatario que permite la sindicalización en las cooperativas. Protestan, además, en contra de la reforma de la Ley Minera. Los mineros exigen, entre otras cosas, nuevos lugares para explotar y que se les permita firmar contratos con empresas privadas para hacer frente a la caída de los precios, algo que está en contra de la Constitución. Lo que comenzó como una manifestación contra esa normativa, terminó en una jornada sangrienta contra el gobierno.
“El Estado debió haber intentado desde un primer momento nacionalizar la minería cooperativista. Ha jugado política y electoralmente”, dice a La Tercera el sociólogo y columnista de Página Siete, Franco Gamboa. “Eran un sector importante de alianza política y electoral. Ahora se encuentran prácticamente en la oposición abierta”, agrega.
En los últimos meses, Evo ha ido perdiendo apoyo en sectores que históricamente lo respaldaban. El mes pasado la Central Obrera Boliviana (COB) protestó por el cierre de una empresa textil. Ahora su apoyo se sustenta básicamente en los cocaleros y en el “Pacto de Unidad, alianza de sectores sindicales campesinos e indígenas leales al caudillismo” dice Gamboa.
(Fuente: http://www.latercera.com/noticia/mundo/2016/08/678-694188-9-evo-enfrenta-su-crisis-mas-dolorosa.shtml y selección de Patric)
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