viernes, 13 de mayo de 2016

Temer asume con la apuesta de sacar a Brasil de la crisis

El hombre que reemplazará a Dilma Rousseff mientras dure el juicio político, intentó este jueves dar señales de unidad y mensajes para reimpulsar la economía. Pero asume en medio de fuertes cuestionamientos sobre su figura y sin legitimidad electoral.

Por Fernando Fuentes, enviado especial a Brasilia.




El ensordecedor ruido de los petardos, que a las 6:30 de este jueves se dejó sentir en algunos barrios de Brasilia, fue la señal inequívoca del triunfo de la oposición. Tras casi 21 horas de sesión, el pleno del Senado brasileño dio luz verde a esa hora -en una votación que registró 55 votos a favor y 22 en contra- a la admisibilidad del proceso de impeachment en contra de la Presidenta Dilma Rousseff. Y con ello a la suspensión temporal de la mandataria por 180 días -que es el plazo que tomarán las investigaciones del juicio político- y la asunción en su reemplazo del Vicepresidente Michel Temer. Pero el rival político de la líder petista no la tendrá fácil. Ayer asumió el gobierno con un país dividido, con cuestionamientos a su propia legitimidad en el cargo, y con el enorme desafío de revertir el estancamiento económico del gigante sudamericano.
De hecho, este último tema fue el que marcó su primer discurso al asumir la Presidencia interina de Brasil. Cerca de las 18:00, y luego de presentar su gabinete de 23 carteras -nueve menos que el Rousseff y del que algunos medios brasileños destacaron que sólo incluyó hombres blancos- Temer se dirigió al país desde Planalto para presentar los lineamientos de su gobierno. En un discurso de 25 minutos, que en un comienzo se vio interrumpido por una molesta tos, que superó con vasos de agua y los gritos de apoyo de los entusiastas asistentes al acto, Temer reiteró que “es urgente pacificar a la nación y unificar a Brasil”, prometiendo a continuación “un gobierno de salvación nacional”. Añadió que su objetivo “no es la unanimidad, sino el entendimiento”.

Aunque en su intervención, Temer dijo que “pretendía que esa ceremonia fuera extremadamente sobria y discreta, como conviene para este momento” y que “esta tarde no es momento para celebraciones, sino para una profunda reflexión”, a la llegada del Presidente interino a la sede de gobierno, a las 17:20, fueron lanzados fuegos artificiales a las afueras de Planalto. 
En materia económica, el líder del PMDB apuntó a “estancar el proceso de caída libre en la actividad económica” y el “equilibrio de las cuentas públicas”. “La primera medida ya está aquí representada, eliminando varios ministerios de la máquina pública”, ejemplificó. También destacó que “el diálogo es el primer paso para enfrentar los desafíos para avanzar y garantizar la recuperación del crecimiento”. “Además de modernizar el país, estaremos realizando el mayor objetivo del gobierno: reducir el desempleo”, dijo Temer. “Quiero también remover la incertidumbre introducida por la inflación en los últimos años”, reiteró.
En ese sentido, como ministro de Hacienda fue designado el ex presidente del Banco Central durante la era Lula, Henrique Meirelles, un ortodoxo que ha trabajado en la banca internacional, mientras el ex candidato presidencial del PSDB, José Serra, asumió como ministro de Relaciones Exteriores. El gabinete de Temer también tiene la particularidad de que incluye personeros que trabajaron en los gobiernos de Fernando Henrique Cardoso, Lula da Silva y la propia Dilma Rousseff.
“Orden y progreso”
En referencia a los planes sociales en vigencia, que fueron el estandarte de los gobierno del Partido de los Trabajadores (PT), dijo que “son buenos, vamos a mejorarlos”. Asimismo, aseguró que trabajará en armonía con el Poder Legislativo para aprobar reformas en las leyes del trabajo y en la seguridad social sin que afecten derechos adquiridos. Temer también aprovechó la oportunidad para presentar el eslogan de su gobierno: “Nuestro lema es ‘orden y progreso’. La expresión de nuestra bandera no podría ser más actual, como si hoy hubiese sido redactado”, comentó.
Pero Temer sabe que recibe un país dividido. De hecho, cuando ofrecía su discurso, en los accesos a Planalto cerca de 200 manifestantes intentaron ingresar a la sede de gobierno, pero fueron repelidos por miembros de la Policía Militar que emplearon lumas y gas pimienta para dispersarlos. Pese a que Temer declaró este jueves “su absoluto respeto institucional” a la figura de la Presidenta Dilma Rousseff, el PT ya advirtió que no le hará fácil la vida al gobernante interino, al que la propia mandataria ha calificado de “traidor” y “golpista”. “Ahora nos preparamos para hacer una oposición durísima en los próximos días, porque no reconocemos a Temer como Presidente”, advirtió el senador petista Lindbergh Farias, en declaraciones recogidas por Agencia Brasil.
Por otra parte, Temer destacó que la Operación Lava Jato “se volvió una referencia” y no se puede permitir que sea debilitada. Sin embargo, el Presidente interino fue acusado por partidarios del gobierno de Rousseff de querer frenar las investigaciones, según consigna el portal Brasil 247. Además, siete de sus ministros son blancos de investigaciones y pasan ahora a tener fuero privilegiado, por lo que sólo pueden ser investigados por el Supremo Tribunal Federal. 
“Temer tiene toda la legitimidad política por los votos en la Cámara y en el Senado. Pero no tiene legitimidad electoral”, comentó a La Tercera el columnista Folha de Sao Paulo, Clóvis Rossi. Una falta de legitimidad que se ve reforzada por la decisión de un juez de la Corte Suprema que decidió que el Congreso debería iniciar un juicio político contra él, por haber participado de las mismas maniobras fiscales que firmó Rousseff. Al mismo tiempo, el Tribunal Supremo Electoral está evaluando si la campaña de 2014 fue financiada con fondos ilegales. En caso de que eso se demuestre, ambos serían objeto de destitución.
Temer no goza en ningún caso de una buena imagen en Brasil. De hecho, una reciente encuesta reveló que solo el 2% de los brasileños votaría por Temer. Otros sondeos también muestran el desprestigio del político peemedebista.  Así, Ipsos destaca que el 62% reprueba la forma su actuar. A su vez, la encuestadora Datafolha ofrece una negativa radiografía del ahora Presidente interino: un 58% se declara a favor de su destitución, un 60% cree que debería dejar voluntariamente su cargo y sólo el 16% de los brasileños considera que haría una gestión óptima o buena.
(Fuente:  http://www.latercera.com/noticia/mundo/2016/05/678-680500-9-temer-asume-con-la-apuesta-de-sacar-a-brasil-de-la-crisis.shtml   y selección de Patric)

No hay comentarios:

Publicar un comentario