Producido por Beatriz Beiras
Abandonada por el partido de su vicepresidente, Michel Temer, Dilma Rousseff está en el filo de la navaja de una destitución. La presidenta de Brasil se está más cerca que nunca de no poder concluir su segundo mandato tras la retirada de su principal socio de coalición.
Ayer, el partido centrista y primera fuerza parlamentaria, el PMDB (Partido Movimiento Democrático Brasileño) , oficializó su salida del Gobierno llamando a sus seis ministros a dimitir; el séptimo Henrique Alves, ya lo hizo el lunes. Doscientos altos funcionarios del PMDB tendrán que seguir sus pasos.
El PT (Partido de los Trabajadores) de Rousseff ha perdido ya el apoyo de 40 diputados de otras dos formaciones, (PRB et PTB), y los 49 diputados de otro aliado, el PP (Partido Progresista), podrían hacer lo mismo el próximo miércoles. El PT sólo tiene 68 diputados propios.
Para frenar en seco su destitución, la presidenta debe convencer a 172 diputados de 513 de votar en contra a mediados de abril.
Para frenar en seco su destitución, la presidenta debe convencer a 172 diputados de 513 de votar en contra a mediados de abril.
Iniciado el pasado otoño y lanzado por los diputados a mediados de marzo, el proceso de destitución contra Dilma Rousseff se basa en presuntas manipulaciones de cuentas públicas para disimular la amplitud de los déficit. Podría ser acusada de un crimen de responsabilidad administrativa previsto por la Constitución.
Carlos Sampaio, líder del opositor PSDB:
“El PT es un partido que tiene la marca de la corrupción, y el Gobierno de la presidenta Dilma (Rousseff) también tiene la marca de la corrupción y la mentira. Estamos aquí hoy para presentar una petición de destitución en nombre de los abogados que ya he mencionado, y también de la oposición, pero, sobre todo, en nombre de la población brasileña”.
“El PT es un partido que tiene la marca de la corrupción, y el Gobierno de la presidenta Dilma (Rousseff) también tiene la marca de la corrupción y la mentira. Estamos aquí hoy para presentar una petición de destitución en nombre de los abogados que ya he mencionado, y también de la oposición, pero, sobre todo, en nombre de la población brasileña”.
La presidenta responde que todos sus predecesores han recurrido a esa práctica y denuncia un procedimiento sin fundamento legal que enmascara una tentativa de golpe de Estado institucional.
Dilma Rousseff, presidenta de Brasil:brasileña:
“Aquellos que me piden que dimita muestran la fragilidad de su convicción en el proceso de destitución, porque por encima de todo, están intentando desencadenar un golpe de Estado contra nuestra democracia.”
Esta crisis política se injerta en dos años con la peor recesión en Brasil desde hace más de un siglo: en 2015 elPIB cayó un 3,8%. La popularidad de Dilma ronda el 10% y el 68% de los brasileños quieren su salida según un sondeo reciente.
Algo que vendría bien a Michel Temer, su vicepresidente desde el primer mandato. El jefe del centrista PMDBle fue impuesto por su mentor y predecesor, Lula da Silva. Ahora, ese matrimonio político de conveniencia podría acabar en divorcio.
(Fuente: http://es.euronews.com/2016/03/30/brasil-dilma-roussef-en-el-filo-de-la-navaja/ y selección de Patrick)
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