El presidente Xi concede un crédito de 2.960 millones al Gobierno de Maduro que será devuelto con envíos de crudo
EWALD SCHARFENBERG Caracas 21 JUL 2014 - 22:31 CEST
El presidente chino Xi con Nicolás Maduro en Miraflores / J. SILVA (REUTERS)
El presidente chino Xi con Nicolás Maduro en Miraflores / J. SILVA (REUTERS)
La clausura en Caracas de la XIII Comisión Binacional de Alto Nivel China-Venezuela y la firma de 38 nuevos acuerdos de cooperación entre ambos países, marcaron este lunes el segundo y último día de la visita del presidente chino, Xi Jingping, a su principal aliado en Sudamérica. Venezuela es la tercera escala de la gira del mandatario asiático, que ya pasó por Brasil y Argentina, y concluirá este martes en Cuba. Detrás del protocolo casi rutinario de la ocasión, yacía el propósito compartido por ambos Gobiernos de estrechar su relación para convertirla en lo que han llamado una “alianza estratégica integral”.
Las autoridades de ambos países no fueron muy explícitas a la hora de definir esta expresión. El canciller venezolano, Elías Jaua, describió así esta semana el nuevo vínculo entre Pekín y Caracas: “Nos hemos convertido en un país que suministra petróleo a China y que recibe, a cambio, financiamiento para nuestro desarrollo industrial, científico y tecnológico, y en el tema de la agricultura”.
Aunque todavía por detrás de Estados Unidos, China ya se ubica en segundo lugar entre los principales socios comerciales de Venezuela y en el ranking de sus compradores de crudo. De acuerdo con las informaciones oficiales, Venezuela exporta 500.000 barriles diarios de petróleo a China. La mitad de esos envíos sirven para pagar deudas contraídas con anterioridad. Se calcula que, hasta ahora, el Gobierno de Nicolás Maduro adeuda a China más de 30.000 millones de dólares, un compromiso que se carga a la factura petrolera. Caracas se ha trazado la meta de exportar un millón de barriles diarios de crudo a Pekín, el coloso económico ávido de materias primas y recursos energéticos.
Xi Jinping, que ya había visitado Venezuela en 2009 como vicepresidente, llegó a Venezuela con una comitiva de 100 empresarios para celebrar el 40º aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre Pekín y Caracas. En ese entonces, 1974, el gesto de distensión correspondió al dos veces presidente democristiano, Rafael Caldera.
Sin embargo, como se jactaba este lunes el número dos del chavismo y presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, entre ese momento y 1999 —fecha de la asunción de Hugo Chávez como presidente—, sólo se suscribieron 20 acuerdos entre ambas naciones. “Ahora ya tenemos más de 450”, remachó.
En esta oportunidad, numerosas empresas chinas se han asegurado mercados en Venezuela. Las automotrices Chery y Yutong, que ya levantan factorías en este país caribeño, han vendido miles de vehículos. Empresas constructoras y de prospección de minerales raros suscribieron acuerdos para vender sus servicios. Importantes bloques de exploración y producción en la Faja Petrolífera del Orinoco —una de las mayores reservas de crudo del planeta— fueron asignados a corporaciones chinas. El Gobierno de Maduro formalizó su intención de comprar a China un tercer satélite de órbita fija que, de acuerdo con los planes conjuntos, incluirá partes fabricadas en una ensambladora venezolana de aparatos espaciales. El Banco de Desarrollo Chino inauguró una oficina en la capital venezolana.
Por su parte, China desembolsó un tramo de 4.000 millones de dólares (2.960 millones de euros) en préstamos que se cancelarán con embarques adicionales de 100.000 barriles diarios. La potencia emergente del siglo XXI aportó otros 1.000 millones de dólares para que la petrolera estatal Pdvsa adquiera insumos industriales entre proveedores chinos.
A la intención china de plantar en Venezuela una planta de montaje de sus productos y una cabeza de playa estratégica en el continente, parece corresponder la disposición de la contraparte venezolana de dejarse orientar para alcanzar el objetivo de construir un régimen cubano en lo político y chino en lo económico.
La virtual consultoría para el régimen venezolano se plasma en el acuerdo suscrito el lunes por los presidentes Jinping y Maduro para adiestrar en China a funcionarios “medios y altos” del Estado venezolano en el área de la gestión pública.
(Fuente: http://internacional.elpais.com/internacional/2014/07/21/actualidad/1405973469_339054.html?rel=rosEP y selección de Patric)
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