La Paz, 29 sep (PL) El discurso del presidente Evo Morales en el 67 período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) y el conflicto entre los mineros de Colquiri marcaron una semana intensa en Bolivia.
El mandatario, en un discurso muy aplaudido, llamó reformar la ONU para evitar el atropello de las potencias contra otros países y consideró a la Asamblea General como un medio y un lugar importante para debatir temas sociales, ambientales políticos y económicos, pero cuestionó acciones que se acometen bajo el beneplácito de la entidad.
"Nuestras intervenciones como presidentes son teóricas. Todos aquí somos grandes defensores de los derechos humanos, buscamos la paz, defendemos la democracia, pero en los hechos estamos divididos: naciones unidas contra naciones desunidas", recalcó el primer mandatario indígena en la historia de Bolivia.
Sin embargo, destacó, hay una rebelión de los estados contra los países capitalistas y "ahora siento que estamos perdiendo el miedo. No hay que tener miedo al imperio ni al capitalismo. El capitalismo no es ninguna solución para la vida y para la humanidad", remarcó.
Morales cuestionó la doble moral de aquellos que hablan de respeto a los derechos humanos y la democracia en el seno de la Asamblea General y luego pasan sobre las resoluciones de la ONU, y puso como ejemplo al gobierno estadounidense.
"¿Acaso Estados Unidos respeta la resolución de las Naciones Unidas sobre el bloqueo a Cuba? Y luego hablamos de la democracia", dijo en referencia al cerco que por más de 50 años mantiene Washington sobre esa nación caribeña.
Al mismo tiempo, cuestionó y rechazó las facultades y la moral de Estados Unidos para incluir al referido país en una lista de naciones patrocinadoras del terrorismo.
El mandatario reclamó el derecho de Bolivia a contar con una salida al océano Pacífico y exhortó a la comunidad internacional a apoyarlo en su cruzada por recuperar la soberanía marítima, perdida luego de una guerra con Chile en el siglo XIX.
Morales insistió además en la necesidad de que Argentina recupere la soberanía sobre las Islas Malvinas y aprovechó la oportunidad para invitar a líderes del mundo a participar el 21 de diciembre próximo en los festejos por el fin del no tiempo y la llegada del tiempo, de acuerdo con la filosofía indígena.
Mientras, el conflicto entre los mineros asalariados y cooperativistas de Colquiri sumó una semana más, con presiones añadidas de la Central Obrera Boliviana (COB), para que el Gobierno nacionalice el referido distrito.
La COB organizó un paro general de 72 horas en todo el país, con bloqueos añadidos, pero la movilización apenas se notó, en tanto los grupos enfrentados continúan sin encontrar un acuerdo, pese a las gestiones gubernamentales por encontrar la paz entre las partes.
ls/hm
(Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&idioma=1&id=567821&Itemid=1 y selección de Patric)