Se reunieron en Buenos Aires para analizar la problemática del sector con el objetivo de “fortalecer la agricultura familiar, la seguridad y la soberanía alimentarias y el desarrollo rural” de la región.
Productores sub 25 de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, más Chile y Ecuador, convivieron durante una semana en la Ciudad de Buenos Aires, contándose sus experiencias de vida e intercambiando opiniones sobre las situaciones en sus respectivos países, pero también recibiendo formación técnica y política.
Se trató del "II Curso Regional de Formación de Jóvenes Rurales", que organizó el Ministerio de Agricultura de la Nación en el marco de la XVII Reunión Especializada de Agricultura Familiar (REAF).
En diálogo con Télam, los jóvenes ruralistas destacaron la sintonía que encontraron a nivel regional entre sus necesidades, sus proyectos y sus intereses, donde marcaron como primordiales el acceso a la tierra y una educación con sentido rural, que contemple el fenómeno de la agricultura familiar.
Paola Yamendia, de la región oriental de Paraguay, destacó que “antes no se valorizaba la agricultura familiar y sus beneficios para la seguridad alimentaria”, y afirmó que “ahora encontramos una mirada distinta por parte de las autoridades regionales”.
De todos modos, puntualizó que “se necesita mucha ayuda y organización para tener un sistema de trabajo y alcanzar un desarrollo”, y subrayó que en su país este reclamo “es una lucha constante” de los jóvenes campesinos.
Sobre el encuentro con sus pares del Mercosur, puso de relieve que “existen los mismos intereses”.
Otro joven ruralista paraguayo, Ramón Benítez, sostuvo “en estos momentos estamos en un nuevo paradigma, con un cambio de mentalidad” a nivel regional, pero señaló que “faltan políticas del Estado, la gente que está en el gobierno no tiene en cuenta a los que estamos en las zonas rurales”.
“Nosotros recibimos apoyo de organizaciones no gubernamentales (ONG), pero el Estado no tiene capacidad de acompañar al productor y es muy difícil de progresar en este momento en nuestro país”, afirmó Benítez.
Indicó que es fundamental “fortalecer la agricultura familiar, la seguridad y la soberanía alimentarias y el desarrollo rural”, y remarcó que a nivel regional “las necesidades son las mismas”.
Por su parte, Jésica López, de la provincia de Chubut, señaló que en el caso de los campesinos argentinos, “si bien este gobierno es mucho más abierto, seguimos peleando porque se genere una atención concreta hacia el sector, a la demanda técnica y al financiamiento que se requiere para poder pensar en producción y en desarrollo”
Sobre la actualidad regional destacó que “hay una situación en común, hay dificultades en cuanto a la tierra, a los recursos naturales y a la producción que se realiza”, y evaluó que “los problemas son comunes, pero la potencialidad también”.
“Nos estamos capacitando y formándonos en este encuentro. Una de las cuestiones que nos aqueja a la juventud ruralista es la formación política para entender el contexto en el que estamos y poder generar las políticas que necesita el sector. Nosotros producimos los alimentos para las familias del país. Por eso es preciso pensar en la seguridad y en la soberanía alimentarias”, concluyó López.
De la provincia de Santa Fe, Matías Díaz consideró que “la Argentina cambió su rumbo en 2003 y este proyecto nacional le da mucha participación al sector de los jóvenes que muchas veces fue olvidado”.
Además remarcó que “como Patria Grande estamos trabajando en una nueva organización política y económica”, y subrayó que “se le está dando cada vez mayor participación a las organizaciones de base”.
“La juventud ruralista tiene actualmente un fuerte apoyo de parte del proyecto político actual. Y nos unen las mismas necesidades con el Mercosur”, afirmó Díaz.
En tanto, Leonardo Verme, uruguayo de Salto, sostuvo que “el acceso a tierras por parte de los jóvenes es una de las principales asignaturas”.
“Somos los más discriminados en ese sentido. La agricultura familiar está más retribuida, hoy existen más políticas y se está avanzando más en eso, pero falta fortalecer el acceso a la tierra para los jóvenes”, indicó Verme.
En cuanto al encuentro regional, destacó que “las inquietudes son parejas para todos” los jóvenes asistentes, y puntualizó que “la organización de los jóvenes para conseguir en bloque políticas para el sector es un punto a destacar”.
Puso de relieve que “si bien el Mercosur nació con un sentido comercial, en los últimos tiempos hubo buenos cambios en la cuestión de integración, y políticas más sociales que comerciales”.
También uruguayo, Antonio González, de Canelones, alertó que “el auge de la producción agroexportadora expulsa a la gente del campo y especialmente a los jóvenes que tienen que migrar a las ciudades a buscar educación”.
De todos modos, afirmó que “se están aprovechando los buenos precios de las materias primas en los mercados internacionales y lo que eso mueve a la economía para desarrollar el modelo de la producción familiar que tiene una fuerte base social”.
Indicó que la necesidad que tiene el sector “se está tratando de resolver mediante planes de desarrollo rural, contemplando aspectos productivos como sociales para que la familia se quede en el campo”.
“Los jóvenes estábamos postergados, pero ahora se está generando un proceso interesante para lograr cosas, como el acceso a la tierra y a una educación rural idónea, porque el modelo de agricultura familiar no está contemplado en la educación”, señaló González.
Por su lado, Berenice Flor Da Cruz, del estado brasileño de Mato Grosso, destacó que “la agricultura familiar está en crecimiento” en su país, pero estimó que “requiere apoyo del gobierno en cuanto a financiamiento, especialmente los jóvenes”.
Al respecto, subrayó que “se precisan políticas públicas de crédito para acceder a la primera tierra”.
Sobre el encuentro evaluó que “las dificultades de los jóvenes rurales son bien parecidas”, y mencionó “el acceso a la tierra, al crédito y a la comercialización de la producción de la agricultura familiar”, como cuestiones pendientes de atender por parte de los gobiernos.
Asimismo destacó que con este tipo de reuniones “se abre un espacio muy importante”, porque “se plantean los problemas pero también las alternativas para intentar la superación de esas dificultades”.
